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Pruebas de esfuerzo en el volante.

Cualquier daño que se presente puede venir de un embrague defectuoso pero también del motor.

El volante de inercia bimasa recibe las oscilaciones de rotación con su resorte integrado y sistema de amortiguación, y absorbe estas casi por completo. Esto se traduce en un excelente aislamiento de las vibraciones.

Un volante bimasa SACHS convencional se compone de un volante primario y un volante secundario. Estos dos volantes de inercia separados están conectados mediante un sistema de resorte/amortiguación, y apoyados uno contra otro libremente mediante un cojinete con ranuras o liso. Así, las vibraciones de torsión generadas por el motor se desacoplan en gran parte del resto de la línea de propulsión y da como resultado un confort de marcha y nivel de ruido indudablemente mejorados.

Si se sospecha de un daño en el volante bimasa, comienza la búsqueda del problema. Si las posibilidades de diagnóstico con el volante bimasa montado no son suficientes, entonces el volante también se puede comprobar de forma mecánica u óptica.

Si se retira el volante, el taller lo puede comprobar con medios sencillos.

Inspección visual del volante bimasa

Inspección visual del volante bimasa

Al realizar la inspección visual, observe con atención el volante. Si ve manchas descoloridas en la superficie de fricción del volante secundario (ver flecha A), esto es una señal clara de un volante sobrecalentado o sobrecargado. Este fenómeno se produce, por ejemplo, si deja que patine el embrague durante demasiado tiempo. También existe el riesgo de que la grasa especial pueda endurecerse en el volante debido a un sobrecalentamiento recurrente. Esto puede conducir a un fallo total.

Si encuentra grietas visibles en la superficie de fricción (flecha B), se debe reemplazar el volante. De lo contrario existe el riesgo de estallido, que puede conducir a posteriores daños en el tren de transmisión. En caso de desgaste del cojinete axial del volante, se presenta una decoloración amarillenta en la zona por debajo de la superficie de fricción (flecha C); además esto también es, por lo general, audible al conducir. En este caso, el volante bimasa también tiene que ser renovado.

Prueba mecánica del volante bimasa

Prueba mecánica del volante.

Como parte de un cambio de embrague es imperativo examinar el volante bimasa, ya que un volante desgastado o defectuoso puede causar la destrucción de su nuevo embrague.

Una prueba mecánica del volante es la prueba de la torsión/no existencia de juego. En un nuevo volante giran alrededor de 2-3 dientes de la rueda dentada. Este intervalo de tolerancia no lo superan los volantes bimasa SACHS incluso después de un alto kilometraje. Si se observan claras desviaciones aquí, esto apunta a un daño mecánico del volante. Compruebe el juego solo con la fuerza manual, no con una palanca o un destornillador.

Comprobación del juego radial del volante

Comprobación del juego radial del volante bimasa.

Con un aparato de medición se puede comprobar el juego radial. Monte el medidor en el bloque del motor. Utilice el tornillo de transmisión (y, en su caso, el casquillo) de forma análoga a una herramienta de bloqueo.

Para medir, mueva el volante secundario con una fuerza de aproximadamente 100 Nm radialmente al volante de inercia primario. Repita la medición en tres puntos, cada uno a una distancia angular de 120 °.

Si el valor promedio superara los 0,25 mm, se debe reemplazar el volante.

Prueba de la palanca del volante/movilidad

Prueba de la palanca del volante bimasa.

Para realizar la prueba de la palanca o de movilidad, fije el volante de inercia primario en un tornillo de banco con dos tornillos a través de los orificios para el montaje del cigüeñal. A continuación, es necesario atornillar una palanca de comprobación en los orificios para el montaje del embrague. Si la rueda secundaria se gira saliendo desde la posición de reposo hasta el tope máximo a izquierda y derecha, los ángulos alcanzados y la percepción de esfuerzo en ambas direcciones deben ser idénticos. Además, no debe presentarse ninguna resistencia adicional.

Si no se cumplen estos criterios, entonces puede haber componentes defectuosos o rotos en el interior del volante bimasa. Esto puede dañar la carcasa, de manera que la grasa escape. Si no se alcanza el ángulo de rotación total de aproximadamente 60 grados hacia cada lado, puede haber un endurecimiento de la grasa causado por sobrecalentamiento (a menudo, esto se puede reconocer por la decoloración). En estos casos, el volante bimasa deber ser reemplazado.